sábado, 25 de septiembre de 2010

Arepas...

Si hubiera algo que jamás quisiera que se borrará de mi paladar, serían definitivamente las arepas. Luego de nacer y pasar 19 años de mi vida en Venezuela, este manjar no solo es comida… puedo resumir esa etapa de mi vida con formas de comer arepa!

Pero empecemos por el principio, ¿Qué es una arepa? Es una especie de pan o torta de maíz, semi-aplanada y redonda, hechas a base de harina pre cocida de maíz, agua y sal. La receta original era con maíz molido es un pilón, un mortero gigante donde se hacia la masa directamente.
Su origen concreto es dudoso – como todos los platos típicos en Latinoamérica – era preparada y consumida por los aborígenes de los territorios correspondientes a las actuales Colombia, Panamá y Venezuela desde antes de la llegada de los españoles – aparecen en las crónicas escritas durante la conquista del nuevo mundo – en la actualidad es considerada un icono cultural representativo de Venezuela (de lo que hablare en este post) y Colombia, como muchas cosas una herencia común y compartida por ambas naciones.

Las formas de prepararlas varían, por lo general lo común es asada o frita, hay versiones regionales y hasta tiene variedades dulces, se le pueden añadir ingredientes a la masa… en fin… el limite de las arepas es la imaginación.
Lo que si está claro es que sola, rellena o como se prefiera, es la protagonista indiscutible de las mesas en Venezuela, sin importar que hora del día sea o el estrato social, porque no hay Venezolano que no coma arepa, es el pan de cada día! Cuando un niño ya está apto para comer cereales, ya empieza a comer sus primeras ‘arepitas con mantequilla’ luego a medida que va creciendo se van agregando a su gusto ingredientes que evoluciona con la edad, de las meriendas del colegio o de las tardes, se comen para acompañar las parrillas (asados/barbacoas) domingueras y son indiscutibles aliadas para después de una noche de fiesta mitigar el hambre, puedo enumerar miles de situaciones porque están presentes en todas partes.

Las arepas dan para mucho y tienen su propia ‘cultura’, según su relleno tienen nombres folklóricos reconocidos popularmente,  que a mi juicio no tienen ningún desperdicio…  por nombrar algunos: la Reina Pepiada con un relleno a base de gallina o pollo y aguacate con mayonesa; Arepa dominó: rellena de caraotas negras y queso blanco duro rallado, Arepa pelúa, mi favorita! con carne mechada y queso amarillo rallado; La Catira contiene un relleno de pollo y queso rallado amarillo; Arepa Sifrina contiene el mismo relleno a base de gallina o pollo y aguacate con mayonesa que la reina pepeada y se le añade queso amarillo; Rompe Colchón - que como su nombre lo indica se le atribuyen efectos afrodisíacos -  mezcla de mariscos, como pulpo, calamar, pepitonas, ostras y camarones; Viuda: Arepa sin relleno que se usa como acompañante en las comidas, Musiúa (Musiú es la degeneración de monsieur que se utiliza para referirse a los extranjeros) que  lleva el mismo relleno que una hamburguesa…
Hay una lista interminable de nombres propios para las arepas con sus rellenos y/o preparaciones, el caso es que son un icono indiscutible de la cultura Pop en Venezuela y allá donde va un Venezolano siempre lleva una arepita en el corazón.

Escribiendo esto se me antoja comer… una arepa de queso, del restaurante el Tiuna de Barquisimeto, mi tierra natal, que se preparan con una taza de queso en la masa por cada de harina y cuando se parte salen los hilitos de queso…  una ‘pelua’ después de ir de fiesta con un vaso de jugo de fresa o una arepita tempranera de Teresa, que lleva años haciendo arepas para toda mi familia…

Aunque me quedo con las arepas de mi mamá que para mi las hace desmigadas, con mantequilla y mucho queso blanco rallado, todo un viaje a la infancia…yummie!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Increíble Japón – parte II

Continuación del post anterior... 
 
Si se quiere comer un poquito más y probar un poco de todo a otro nivel, entonces la opción es el Kaiseki, el padre de los menús degustación que tanto se usan ahora en los restaurantes gastronómicos.

El Kaiseki es la manera en la que el chef muestra sus conocimientos, a través de un menú preparado exclusivamente con ingredientes de la región y de temporada (cosa que es MUY respetada en Japón). No se limita solo a la comida, los platos son presentados haciendo alegorías a fiestas o cosas típicas del momento, utilizando técnicas como el ikebana para hacerlo lo mas tradicional posible, muchas veces creando incluso vajillas especiales para cada estación.
Es un disfrute visual por la dedicación que le ponen a cada elemento en la mesa, lo único es que hay que estar abiertos a todo, suelen poner cosas que no están en todos los menús y que no son para todos los paladares, en mi ultimo Kaiseki comí unas lechas de Fugu crudas con aceite de trufa blanca que fueron toda una experiencia extrema.

Por supuesto hay kaisekis super tradicionales y están los que ofrecen una versión moderna, como el de Seiji Yamamoto en el Ryu Gin que es una delicada y divertida manera de disfrutar de este ritual, con técnicas modernas, ingredientes de toda la vida y muchos detalles en un ambiente austero que jamás nos haría pensar que esta en todas las listas de los mejores restaurantes del mundo.

Pero mas que las delicias de Yamamoto, mi restaurante gourmet favorito sin lugar a ninguna duda es Les Créations de Narisawa luego de muchos años en Francia, este chef ha hecho una mezcla sublime de ambas cocinas, logrando lo que para mi es la perfección en casi cada plato… el producto es increíble y las técnicas hacen que cada bocado sea una delicia, imposible describir esa comida en una líneas.
Además ofrecen un trato exquisito, bajo una decoración muy elegante (su mujer, que esta como jefe de sala viene del mundo de la moda), cuidando hasta el mas mínimo detalle, cuando fui era Febrero hacia muchísimo frío y cuando salíamos los abrigos estaban calientitos, como para olvidarlo!

Sin embargo, lejos del lujo y el rigor que supone todo lo gourmet, una de las mejores cosas en Tokio y Japón en general  son las comidas sencillas… nada como un buen plato de ramen en el mercado de Tsukiji – la lonja de pescado mas grande del mundo – en un día de invierno o hacer la ‘turistada’ de desayunar con sushi con el pescado mas fresco que se puede probar o caminar por el mercado de Kyoto y comer en mesas largas rodeados de gente local comiendo un buen plato de Udon.

Japón da para mucho… incluso ir a una convenient store que allá son muy populares es muy divertido. Se encuentran chuches de los sabores mas inverosímiles y las marcas de galletas o chocolates que comemos de este lado del mundo cada día, allá ofrecen una gama que parece que estuviéramos en una tienda del futuro y no solo a horas de vuelo.
La primera vez que fui, por probar compre un Kit-Kat de Té Verde, resulto tan delicioso que cada vez que veía un 7Eleven parábamos a comprar cajas y cajas para llevar de vuelta a Barcelona, por supuesto nos miraban raro en cada tienda quizás pensando que era lo que veíamos en algo ‘tan común y silvestre’
Esos chocolates han sido el souvenir con más éxito que he regalado nunca, ya luego descubrimos que hacen un diferente por cada temporada y en cada visita he ido probando lo del momento, hasta ahora el mejor el de flor de Sakura con café! (aunque le sigo teniendo cariño al de te verde!)

La gastronomía Nipona es muy variada, lamentablemente conocemos una micro parte de todo lo que pueden ofrecer. Aparte de estos alimentos que para nosotros son tan ajenos como el Fugu (pez globo) o la carne de ballena – ambos con mas leyendas urbanas que sabor, al menos para mi paladar – hay muchísimas cosas  por probar y muchas otras que son sanas, sencillas y deliciosas... tanto que se podrían adaptar a nuestra dieta sin ningún problema.

Como dije antes a Japón hay que ir al menos una vez en la vida!!! Espero volver muy pronto y como siempre con grandes compañeros de viaje!

Este Post está dedicado a todos con los que he compartido Japón de tantas maneras diferentes… Gracias por tan maravillosos momentos!

lunes, 20 de septiembre de 2010

Increíble Japón – parte I

Culturalmente Japón es un sitio fascinante, he tenido la grandísima suerte de visitar este país ya 3 veces y sin dudarlos volvería cada vez que fuera posible.
A nivel gastronómico es el sueño de todo gourmet, es un sitio donde a cualquier que le guste comer debería ir al menos una vez en la vida.
Describir las sensaciones que me ha dado este país a nivel sensorial es imposible con palabras, pero es uno de los pocos sitios donde me emociona hasta comer un plato de fideos, porque todo esta hecho con una dedicación y un respeto por los ingredientes que creo que es el secreto para que todo sepa tan bien.

Los restaurantes nada tienen que ver con esas cartas infinitas de Occidente, con un sinfín de opciones que nos dejan siempre pensando si escogimos la correcta o antojándonos del plato del vecino… cada sitio esta especializado en una técnica, en un tipo de comida diferente, así que si vas a salir tienes que tener claro desde casa que quieres.
A menos que vayas a un sitio para ‘picar algo’ o mas occidentalizado que ofrecen un poquito de todo.

Empezando por lo más popular, en los sitios de sushi/sashimi suelen haber 3 personas detrás de una barra, el esquema cambia poco de un sitio a otro, en el centro el maestro que suele ser un viejito de incalculable edad, que lleva haciendo lo mismo por décadas, a su derecha esta su alumno avanzado y a su izquierda el aprendiz que suele encargarse de preparar el arroz, para perfeccionar esta técnica suele tomar alrededor de 15 años…

En el caso de las tempuras, según las dimensiones del local – en Japón los restaurantes son siempre bastante pequeños – suele haber también un maestro y algún ayudante si el sitio lo amerita, que está detrás de una barra rodeado por sus comensales a los cuales atiende uno a uno. Sirve todo personalmente en el orden correcto, sobre un papel de arroz para demostrar la perfección de su fritura  y va dando instrucciones de con que comer cada pieza… mientras del otro lado algunas personas ofrecen de una manera sutil y sin quitarle protagonismo cualquier cosa que el cliente quiera beber.

Y así increíblemente cada técnica tiene su templo, de ahí a que vayas donde vayas te comas EL mejor de lo que sea que estés comiendo!

A pesar de que tienen esta estructura en los restaurantes donde es solo Unagi, solo Soba, solo Tempura, etc… a la hora de desarrollar comida occidental, son también increíbles.
La obsesión por el producto de calidad y la perfección, hace que la mayoría de los sitios ofrezcan versiones de platos, que superan a los de su país de origen. Por ejemplo la mejor pizza de mi vida me la comí en un sitio en Kyoto, donde la entrada estaba ambientada como un mercado Italiano donde estaban los tomates mas bellos y jugosos que he probado hasta ahora.

Comer bien no se limita a restaurantes, está lo que los Nipones llaman a cultura Depachika. Esto consiste en caminar por los halls de comida de las tiendas por departamento (que nada tienen que ver con las nuestras), donde hay pequeñas paradas con bocaditos para ir probando un poco de todo.
Cada parada es impoluta, super bien puesta, lo mas increíble es que no desprenden ningún olor (ni siquiera las de Yakitori una brochetas que se asan in situ) y cada cosa – las que son para llevar – la envuelven como si fuera un regalo.
Es muy fácil pasar horas y horas, en estos sitios no solo por comer sino para admirar su particularidad ¿Los mejores? Sin duda en Ginza (Mitsukoshi) o Shinjuku (Isetan o Takeshimaya), igualmente cualquiera de las tiendas por departamentos tienen una planta de depachika y otra de supermercado que no vale la pena perder para ver frutas a precio de oro y verduras que parecen empacadas para una tienda de Prada o LV.

Continua…

sábado, 18 de septiembre de 2010

El Placer de Comer

Bien dice una frase de James Beard Food is our common ground, a universal experience (la comida es nuestro terreno en común, una experiencia universal)…
Así que donde sea que vayamos es lo que tenemos en común con todo el mundo, la gente de cualquier país, cultura o religión nos provee experiencias infinitas si vamos recorriendo el mundo.
A pesar de que alimentarnos es una mera necesidad fisiológica, hay sitios donde se siente en el ambiente el gusto por la comida.

Nací en Venezuela y al menos en mi familia, la vida siempre transcurría en la cocina y no cualquiera sino en la de la casa de mis abuelos maternos.
Cuando era pequeña toda la familia venia luego de terminar sus actividades y cada dia había un manjar que hacia cada merienda un festival para cualquier goloso… tortas caseras, panes recién horneados, un chocolate caliente (con un clima de 30ºC!) para acompañar un roscon de frutas confitadas o un bizcocho marmoleado, que era mi favorito en esos días…
A esto se sumaba luego la comida del domingo, donde pasaría horas explicando las cosas que vi pasar de pequeña en esa cocina entre las comidas clásicas de mi abuela o los guisos ‘de autor’ de mi abuelo, que  sin duda irian directo a un post de comida exótica… sobre lo que escribiré en un futuro.
Este no era solo en mi caso, allá a pesar de ese clima tropical y una cultura tan particular, lo único que se mantiene intacto es que todo pasa alrededor de una mesa.

En España por ejemplo, se vive tanto el comer que yo podría decir que se respira el placer por la buena mesa. Luego de un tiempo fuera, estuve de regreso a mi patria adoptiva y lo que mas disfruto es ver con que gusto se ve a todo el mundo disfrutar de todo lo que pasa.
Sentarse a comer en España para mi es único, no solo por lo bueno que esta todo, sino porque lo que oyes alrededor es en algún punto u otro comentarios sobre que bueno esta esto o aquello… o por supuesto el mi madre lo hace mejor y en caso de los productos de la tierra, nunca he visto que se sirva un plato de buen jamón sin que alguien le suelte algún piropo!
Es como si todos fuesen críticos gastronómicos y nunca olvidaran su labor de puntuar que tal ha estado la comida, habito que adquiere cualquier extranjero que vive allá y que para mi forma parte de la cultura,  porque no solo pasa es restaurantes de alto nivel, pasa hasta en el bar de la esquina con un plato de croquetas.

En Asia por ejemplo, el ritual cambia de una manera completamente radical.
En Japón la forma de demostrar el ‘respeto’ por la comida es el silencio, se puede ver la diferencia de una persona que esta apreciando una comida si esta callada y concentrada en lo que come. Recuerdo en restaurantes de mercado, donde iba a comer gente que solo querían un poco de calorías para seguir y se les veía descuidados en este habito y por el contrario, luego a otros comensales que parecían mas fieles en una iglesia disfrutando cada bocado como si fuera algo sagrado.
Tomando en cuenta que todas la veces que he ido a Japón ha sido con gente occidental, no hemos quedado muy bien parados, tengo anécdotas para un libro que sacaría las risas de mas de uno, porque esto de comer en silencio y quietos no va mucho con nuestro carácter, cuando lo cuente prometo no dar nombres ;)

Volviendo al tema, pase unos meses en Vietnam donde en muchos aspectos se me rompieron todos los esquemas, el comer no fue una excepción.
Al ser un país tan pobre y que ha pasado tanto, la gente come literalmente para subsistir. Organizaba comidas para mi staff e íbamos a sitios locales, donde todos se engullían los platos. Lo que siempre pasaba es que yo me detenía a oler todo lo que había, mientras ellos terminaban y me tenían que esperar, porque para ellos comer es comer, no es sentarse a hablar ni a socializar sobre una mesa.
A pesar de esto no pierden la hospitalidad asiática, aunque ellos no se detengan a disfrutar sabores, si se preocupan porque los extranjeros prueben, saboreen (apurándolos un poco!) y disfruten de la comida.

Por supuesto nunca entenderé a la gente que no le gusta comer, creo que ya ha quedado claro que para mi es uno de los máximos placeres de la vida!

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Micro-Milagros

Imagínate que un día te dicen que hay un alimento maravilloso (o varios!) que sabe bien, se ve bien y encima alimenta… Pues existe, es natural, tienen una variedad de sabores tremenda y el único defecto que tienen es que no llenan.

Los Micro Vegetales, son una especie de germinado ‘vivo’, es el primer brote de una semilla por lo que conserva todo el sabor, color, nutrientes que necesita una planta para poder romper el germen y empezar a crecer.

Hay varias empresas en el mundo desarrollando este tipo de cultivo, mi favorita – por razones sentimentales – es Koppert Cress con base en Holanda; que además de ser expertos en semillas, se dedican a investigar en todo el mundo sabores nuevos y tienen un laboratorio de muestras que les permite lanzar al mercado entre 2 y 3 productos nuevos, el sueño de cualquier chef.

Todos con lo que trabajan es natural, no se ha manipulado genéticamente o se ha hecho nada dudoso con las semillas de la materia prima, son sabores que están en la naturaleza que son desconocidos para los simples mortales – Que en este caso los simples mortales somos todos!

Los beneficios para la salud del Cress son innumerables, en su versión del brócoli Brocco Cress se encuentra una enorme cantidad concentrada de sulforafano, que muchos médicos denominan “sustancia mágica”, ya que al comer el brote en estado puro no pierde su efecto y da el 100% del aporte al organismo (es como comerse 1 brócoli entero con la mitad de una macetita).

En el aspecto culinario uno de los slogan en lo que mas se hace hincapié es que menos es mas, con una hojita de cualquiera de estas maravillas es posible aportar una gran nota de sabor o darle un giro a cualquier plato. Dan un sinfín de posibilidades para crear cosas nuevas.

Aunque estos productos en la mayoría de países esta solo disponible a través de distribuidores para uso profesional, como cada vez mas y mas gente los conoce y los pide, en algunos mercados y tiendas están disponibles para el publico. Ya en Holanda hay una versión para el consumo masivo, que llegara muy pronto a España, así que no habrá que buscarlos debajo de las piedras.

¿Mis favoritos? En realidad me gustan todos, quizás podría puntualizar los mas sorprendentes! El Tahoon Cress  (que es una semilla de un árbol del Himalaya) por ejemplo transporta a cualquiera a un bosque donde acaba de llover y se va caminado sobre setas salvajes y algún fruto seco, con algún campo que tenga cebollas cerca…
También el Atsina Cress (en la foto) que es una hierbita Anisada de aspecto muy delicado, pero con sabor muy potente que sabe y huele tan fuerte como un licor hecho de esta hierba. O el Honni Cress que es como comerse una cucharada de azúcar, pero mas potente con un toque herbáceo…
En realidad como dije antes todos tienen algo, entre 20 variedades que van desde lo salado a lo dulce, pasando por sabores tibios o algunos inesperados…

A fin de cuentas es una vez mas una experiencia sensorial, ya que con en una hojita se resumen los sabores y las sensaciones de un bosque entero. Altamente recomendado para cualquiera que le guste probar siempre algo diferente!

Si les da curiosidad y quieren leer más sobre estas maravillas, pueden ir a www.koppertcress.com que esta en varios idiomas, incluido Español si haces click en el mapa de la península.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Un Gastro-weekend para recordar

 Hace pocos días en Londres tuve la gran suerte de tener un fin de semana culinario que lleno mis sentidos (y mi estomago) de sensaciones increíbles.

Todo empezó el sábado noche, en Texture, un restaurant donde tuve el gran gusto de trabajar unos meses… El ritual comenzó con una copa de champagne y unos chips muy originales, aparte de patata sirven 2 variedades más unos de parmesano y otros de piel de bacalao rociados con polvo de algas.
Fuimos del champagne bar al salón principal, donde hay un ambientazo! Luego de hablar con Aggi, el chef y cerebro de Texture, decidimos dejarnos sorprender por su creatividad y los productos del día… y no nos defraudo!
De todo sin duda lo mejor fue el plato estrella del chef un pichón de Anjou con esencia de vino rojo, un poco de shallot, maíz dulce y palomitas de bacon; un sabor sublime, la carne en su punto – nada de sangre –  y combinación de texturas excepcional
De verdad que tiene muy bien merecida la estrella Michelin y todos los reconocimientos que tiene tanto en comida, como en trato y servicio, sin lugar a dudas valió la pena y hay que volver.

El domingo fui rumbo a la Fine Food Fair, ya que la empresa de microvegetales para la que ya trabajé en España en otras oportunidades tenía un espacio y colaboré con ellos para la feria, lo cual es siempre un honor. De esto hablaré mas en profundidad en otro post, porque estos micro-milagros dan mucho material!!!
Solo les adelanto que entre las cosas nuevas que traian estaba una flor con sabor a judía adzuki bautizada  Bean Blossom, que realmente me sorprendió.

Hable todo el día sin parar con un sinfín de gente interesante del medio, mientras les daba a probar una cosa y otra.
Entre la gente que conocí me encontré con el chef y la sommelier de Umu (para el que tenia reservación la noche siguiente!), que está catalogado ahora mismo como uno de los mejores restaurantes de comida Japonesa en Londres y les comente por supuesto que nos veríamos al dia siguiente, lo cual como buenos anfitriones nipones se tomaron muy a pecho.

La noche del lunes comenzó perfecta, en el ecléctico y mega Londinense Sketch , con un coctel de mezcla de berries con vainilla, vodka y ¡sorpresa! Aceite de Oliva que le aporta un aroma y una personalidad increíble.
Luego de un buen rato en el ‘salón de té’, Erica – amiga, sommelier y gran gourmet – y yo luego de dar un tour por todas las salas, emprendimos viaje a lo mejor de este local: lo baños… Una explanada blanca digna de un video de Lady Gaga, sembrada de huevos gigantes: con luz rosa para chicas y luz azul para chicos, no tiene desperdicio, en general un sitio muy curioso que vale la pena ver.

Llego la hora de Umu, por el cual sentía gran curiosidad, ya que a mi malcriado paladar después de viajar a Japón nada le sabe igual…
Hay un par de opciones de Kaiseki (una degustación que se inspira en cada temporada, ya saben de donde salio la idea de hacerlo por estos lados!), pero decidimos escoger de todo un poco para probar lo que nos pareció mas interesante.
Entre las cosas que más me gustaron estaban unos langostinos semi crudos que nos envió el chef con un caldo de bonito seco texturizado bien interesante, tenia wasabi fresco con salsas y cremas en varios tipos de miso y soja; sorprendentemente el postre me fascino una bola de helado de te Matcha , otra de helado de miso blanco, con un cake de este mismo té y rociado de frutos rojos de verdad increíble, aparte maridado con un buen sake a temperatura perfecta.
Todo muy correcto, pero nada que se le acerque a la calidad y a la perfección que se degusta en cada cucharada de cada cosa que me he comido en mi querido Tokio!

Igual fueron 48 horas rodeada de grandes experiencias culinarias, un fin de semana que siempre recordare!

viernes, 10 de septiembre de 2010

Haut Couture / Alta Costura Comestible

Aunque el tema por excelencia de todo gourmet en los últimos días ha sido la cátedra de Ferran Adria en la facultad de Química de Harvard...

En el Reino Unido esta siendo noticia Emily Crane, una chica de 22 años que esta dándole un giro fashion a todas las técnicas creadas y propulsadas por Adria. Con Heston Blumenthal, del Fat Duck, como mentor  ha diseñado vestidos y accesorios que después de vestirlos se pueden comer.

Blumenthal, es un alquimista culinario y su restaurante esta considerado uno de los mejores del mundo, es uno de los pocos chefs autodidactas con tantos galardones. Por supuesto mas que comida ofrece experiencias… como trasladar a sus comensales a la misma orilla de la playa con uno de sus platos estrellas ‘sonidos del mar’ que incluye el sonido del romper de las olas para vivir a tope la experiencia.

Volviendo a la ropa, estas prendas tienen una base de gelatina, algas y colorantes alimentarios, con esta mezcla ya tenemos gran flexibilidad para crear “telas”, el proceso continua tendiendo para que tome forma, luego se congela, se tempera  y se deja secar. Básicamente es el proceso que ya se ha utilizado en varios restaurantes para crear texturas inimaginables en alimentos comunes.

A pesar de lo que cualquier pensaría, esta chica no es estudiante de química, estudia moda y ya tenia el gusanillo de trabajar con una línea de ropa con base de alimentos, por supuesto en esta era de sobre experimentación en la cocina (y donde todos quieren estar relacionados con ella), no fue difícil desarrollar un proyecto de este calibre.

Aunque no soy fan del mundo de la moda, por supuesto me parece mucho mas excitante si hay ollas de por medio, en vez de agujas y pedrería.

Lo cierto es que este ejemplo reafirma mas, la naturaleza científica de la cocina donde la química es básica para crear, en este caso ropa con la visión futurista de una couturier.
Hoy es ropa, pero en mi opinión esto le da posibilidades infinitas a estas técnicas, a este juego de texturas que tanto divierten al paladar y que pueden servir hoy para vestirnos y mañana no sabemos.

¿Ira esto a mayores? ¿Dará un nuevo significado para los fashion o gastro-consumidores? Cuando menos causa curiosidad y a muchas mujeres al menos nos eliminaría el problema de aburrirnos de lo que hay en nuestro armario! Hay que probar como quedan estos modelitos y los mas importante si saben bien ;)

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Servicio vs Trato

Para comer bien, no es suficiente con tener delante un plato exquisito hecho con esmero… Nunca sabrá igual sin un camarero dedicado, que sepa ser la cara amable de cualquier delicia que se nos ponga enfrente.
Para lo que nos gusta comer fuera – que creo que somos muchos – eso es fundamental a la hora de escoger y hacer ‘nuestro’ cualquier sitio, de mayor o menor categoría.

Generalmente se incurre en el error de juzgar el ‘servicio’ que tiene un restaurante, cuando no se tiene idea de lo que esto significa, en realidad el comensal común no sabe que esta hablando de tecnicismos en el preciado e infravalorado oficio que es servir bien una mesa.

Cualquier persona común y silvestre que va a un restaurante, no esta conciente de la elegancia y la gracia que se necesita para anticipar las necesidades de cualquier cliente, de una manera tan gentil que este ni lo note… o de que tan exactos son los tiempos entre plato y plato, ni si cada sello de cada copa estaba apuntando al mismo lado, porque al final esta armonía exacta no es sino solo una minima parte de la obra total.

Sin embargo siempre se comenta luego de ir a un restaurante, que tan amable era el camarero, si recordaba algún detalle propio de cada cliente, si tenia cualquier deferencia que hiciera esa experiencia (por mas sencilla que fuera) única… Y esto es lo que hace la diferencia de que un plato nos sepa mejor o que pasemos por alto cualquier desacierto gastronomico.

En muchos restaurantes laureados, se tiende al trato glacial, distante, y seco … muchas veces los miembros de la sala son snob culinarios, que miran a los clientes como sino supieran comer en lugar de utilizar sus conocimientos (porque la mayoría son buenos foodies – lo digo porque alguna vez fui una de ellos) para venderse mejor que aunque sirvan platos con una calidad suprema, no saben igual sino van acompañados de amabilidad.
De ahí que mucha gente siga prefiriendo la sencillez de los sitios de toda la vida y deje estos sitios “para ocasiones especiales” o se vaya por los pocos que ofrecen un poco de calidez a sus regulares.

¿Cuál es la gran diferencia entre el mal llamado servicio y el trato? Creo que solo lo que le cueste al camarero de turno sonreír a sus clientes, recordar algún detalle de la mesa o simplemente ponerle corazón y tratar a cada cliente como si fuera único, hasta que comience la próxima función… no es fácil, pero como todo no es imposible ;)