viernes, 25 de febrero de 2011

Vietnam – Parte II


Esta semana ha sido muy movida yendo para aquí y para allá que no me había dado tiempo de escribir…

Continuando con mi relato sobre Vietnam, creo que la mejor manera de conocer un lugar y sus verdaderas costumbres es salir con gente local, así me encontré de repente comiendo en los sitios más curiosos de Da Nang con mi staff Vietnamita, que mientras yo olía y miraba todo en cada sitio, ellos mostraban orgullosos que tenían por compañía a una occidental ‘valiente’.

La primera que salí con ellos será ya hace casi un año, celebrando el día de la mujer que curiosamente allá es una gran festividad, las féminas ese dia no trabajan y en cualquier lugar son recibidas con flores. Decidí llevar a todas ‘mis mujeres’ a comer unos fideos a un sitio popular de Da Nang… una especie de garaje acondicionado con unas mesas largas comunitarias – esas tan de moda por aquí – donde llegaban bowls humeantes que se terminaban de customizar en la mesa por cada comensal con todas las hierbas y chiles propios de la ciudad.
Luego nos fuimos a un local de helados que a todas les hacia particular ilusión, yo llegué sin expectativas buscando un helado de vainilla que me quitara el gusto picante de la boca y me encontré con sabores muy asiáticos liderados por el taro y el durian.

Otra de las grandes aventuras culinarias las tuve una noche, donde esta vez me llevé para compensar a ‘mis chicos’ a cenar, como sabían que me gusta comer ordenaron todo un menú en su restaurante favorito – otro garaje que aparte de mesas contaba con la cama de los que lo atendían al fondo – donde descubrí más sabores nuevos y aprendí a comer medusa o huevos de pato crudo.

Un restaurante no muy tradicional pero si con mucha personalidad es Bread of life, punto de encuentro de expatriados de la zona es un maravilloso proyecto donde se les da capacitación profesional y oportunidad de trabajo a personas con discapacidad auditiva, sirven comida meramente occidental pero en un sitio muy acogedor además de que sirve para apoyar una buena causa.

Da Nang es una ciudad bastante particular, porque esta en medio de esas 2 Vietnams tan diferentes que hay entre Hanoi y Saigón, además de tener esa marca de una guerra que vivieron en primera fila con las tropas americanas llegando por la playa de China y cuna de la cultura Champa uno de los mayores descubrimientos culturales que hice en esta estancia, como visitante debe ser otro mundo pero estar ahí y vivirlo podría tomarme más que posts un libro entero para contar la experiencia.

Bajando pocos kilómetros al sur esta Hoi An, un punto estratégico en siglos pasados para el comercio de especies y sin duda con los mejores lugares para comer en esta área tan turística.
Es un sitio donde han pasado muchas cosas, fue un puerto Chino además de ser luego un asentamiento Frances y por donde hasta los Japoneses han tenido que ver… esta mezcla ha hecho que sea una joya de pueblo para pasear y disfrutar de clases de cocina, de un paseo por el río o de una noche diferente donde cada luna llena el pueblo apaga sus luces y enciende velas para celebrar la ocasión.

Tiene un mercado muy curioso, que a pesar de que no esta al nivel del de Saigón, sirve para conocer el sin fin de hierbas de la cocina Vietnamita, ver todos los mariscos de la zona, probar un buen plato de pho e incluso para hacerse un masaje o una pedicura.

En las costas del pueblo están las islas Cham, donde en ciertas épocas del año se pueden encontrar los cotizados nidos de pájaro que usan los Chinos en la famosa sopa, de hecho de Vietnam salen la mayoría de los nidos que se comercializan en el país vecino, curiosamente se pueden encontrar muchos productos a base de este ingrediente como bebidas en lata que ellos alegan dan mucha energía, verdad o no solo puedo decir que de sabor está muy buena pero no me dio ningún otro efecto…

En Vietnam en muy poco tiempo tuve la suerte de vivir muchas cosas, a través de la comida aprendí muchísimo de la cultura, pero sobretodo del arte de dar. Me falta por explorar en profundidad el norte y el sur, así que tengo una excusa para volver ;)

miércoles, 16 de febrero de 2011

Vietnam – Parte I


Para mi el año 2010, fue un año marcado de muchos viajes por varias regiones del mundo y entre esos andares pasé unos meses en el centro de Vietnam.

La mayoría de gente que visita Vietnam se enfoca en probar los iconos internacionales de la comida Vietnamita como los rollitos con nuoc mam – el nombre de la salsa de pescado en este idioma – el pho de pollo o el bun bo que son fideos de arroz con carne de ternera.

El centro de Vietnam, más específicamente la milenaria ciudad de Hue es la cuna de la cocina real Vietnamita y según los entendidos la mejor del país.

Hace varios siglos Hue era la capital del país, en esa época de emperadores la comida jugaba un papel fundamental, ellos creían – ya desde esa época eran supersticiosos – que entre más platos se crearan para la familia real se demostraba más su poder y sofisticación por lo que cobró protagonismo, así llegaron a la zona los mejores chefs del momento escogidos especialmente para desarrollar esta tarea.
Estas ordenes se cumplieron al pie de la letra y saltaron cientos de delicias nuevas, que introducían nuevos sabores y texturas, así como también se jugaba con sabores tradicionales dándoles una reinterpretación según los nuevos cánones,  de ahí salieron platos como las sopas dulces de perlas de tapioca, el pudín de arroz o los caldos aromáticos típicos de la región.

Toda esta movida culinaria, hizo que la cocina de la calle también evolucionara de una manera favorable a pesar de que la ‘gente común’ no tenia acceso a las exquisiteces reales. Las tradiciones culinarias de Hue en todos los niveles se caracterizan por la estética, la armonía de los elementos en la comida, la decoración y los colores como si fueran una pieza de arte.
Se puede empezar con  Congees y banh khoai – crêpes de huevo – para pasar un día paseando por la ciudadela, caminar a lo largo del río del perfume, visitar el Thong Market y disfrutar poco a poco de toda la comida que se ofrece por toda la ciudad.

Otra particularidad es que aparte de todas estas maravillas culinarias, Hue en uno de los mayores centros Budistas en el país – respetan rigurosamente el ayuno 2 veces al mes – por lo que la comida vegetariana tiene un sitial de honor. Contrario a los países occidentales, allí los chefs tratan de emular el sabor de platos que contienen ingredientes como carne, salsa de pescado, cerdo, pollo… creando un concepto fascinante y delicioso, muy lejano a nuestra costumbre de llevar una dieta vegetariana por razones éticas o de salud.

Ya dejando un poco a la mágica ciudad de Hue, está el  plato más tradicional de la cocina de todo Vietnam, una sopa llamada Pho; en términos básicos es un caldo de ternera, con fideos de arroz y una serie de ‘extras’ que cada comensal pone a su gusto,  pero en un país con tanta tradición gastronómica, por supuesto cuenta en cada sitio con una receta diferente, pero cumple – como todos los platos Vietnamitas – con que tiene mucho verde, hierbas, verduras y muchas salsa que hace que cada comensal afine el sabor a su antojo.

Existen 3 variantes principales: el Pho de Ha Noi o del norte que es el mas sencillo de todos, con un gusto dulzón marcado de cebolla tierna y con fideos muy finos; luego como no el de Hue o Pho del centro, con un sabor muy redondo, con la ternera presente y por último en el sur encontramos el de Saigón, que es el que tiene más notas picantes, brotes frescos y sin duda el más aromático, con albahaca tailandesa y salsa hoisin, a mi gusto el más sabroso.

Este plato lo comen a cualquier hora y los locales adoran empezar el día con un buen plato de Pho, de verdad aunque me parece un plato delicioso nunca puede tomar más de 2 sorbos de esta sopa en el desayuno y tenía que recurrir a las tradicionales tostadas...

Queda mucho por contar de mis aventuras por Vietnam, así que continuaré en el siguiente post ;)

lunes, 14 de febrero de 2011

Chocolate


Hoy en el día de San Valentín hay 2 cosas que no suelen faltar como regalo estrella, rosas y chocolate… las flores siempre enternecen, pero el chocolate nunca falla ni en esta ni en ninguna ocasión!

El cacao es un fruto tropical, sus habas – entre 20 y 50 por pieza – se tuestan y se procesan para sacar el chocolate y todos sus derivados.
Hay muchas historias sobre su origen, presente en muchos textos Aztecas por lo que en la historia reciente los mexicanos se toman el chocolate como uno de los productos de su tierra e ingrediente de muchas de sus recetas tradicionales, pero – y disculpen que me ponga nacionalista – esta teoría puede que no sea del todo precisa.

Algunas investigaciones apuntan que la especie endémica del cacao criollo, que se supone la especie de mayor calidad y original es endémica de las costas Venezolanas, cierto o no – y no es porque sea el chocolate con el que crecí – es uno de los favoritos por los maestros chocolateros en Suiza o en Bélgica y en todas las chocolaterías siempre hay alguna especie con un nombre que evoca a mi tierra natal.

Si se viaja a los pueblos con tradición cacaotera, esta historia cobra sentido… hay un pueblo hermoso llamado Chuao que a pesar de estar en plena costa solo tiene acceso por vía marítima, con hectáreas y hectáreas de cacao, donde más que un simple ingrediente es una forma de vida.

Rodeado por montañas, con su propio bosque tropical, suelos regados naturalmente por 3 ríos diferentes y bañado por las aguas del caribe, se plantan las que han sido consideradas – por gente del nivel del pastelero Francés Pierre Hermé y como no, el gran Ferrán Adrià – una de las mejores habas de cacao criollo del mundo, junto con una de sus variedades llamada porcelana blanca, que también crece en el lago de Maracaibo.

Chuao tiene siglos de tradición de siembra y cosecha de cacao. Primero se desarrollan fermentos de la propia zona para preparar las cosechas que florecerán en el aromático producto, luego se extienden las habas sobre el pavimento en frente a la iglesia del pueblo para que se sequen lentamente al sol y se pueda vender; los agricultores trabajan juntos en una cooperativa – desde hace un par de siglos por lo menos – esa unión, sumada al cariño que le ponen con su dedicación y el sonido de los tambores de la zona, hace que sea uno de los únicos lugares en el mundo donde los chocolateros pueden comprar alrededor de 10 toneladas de excelente cacao con calidad uniforme.  

Al final este proceso explica lo que todos los chocolateros del mundo no se cansan de repetir, que en el caso particular del chocolate no se hace nada con invertir en maquinaria ni en desarrollar técnicas novedosas, sea lo que sea lo único que hace un buen producto es contar con excelente materia prima… por eso la mayoría de gente que trabaja en este negocio sabe exactamente de donde viene su cacao y como se trato desde que era solo semillas.

Nunca he sido muy fanática del chocolate, siempre me ha gustado en formas peculiares: con sal y aceite, con picante, en mole… será porque prefiero gustativamente las preparaciones ‘saladas’ a las ‘dulces’.
Sin embargo es uno de los recuerdos mas tiernos de mi infancia, no solo por las tardes de chocolate caliente en la casa de mi abuela o algún postre emblemático, es porque siempre ha sido el ingrediente favorito de mi hermana que parecía una monstruita de chocolate y todavía – aunque ya con conciencia adulta – lo sigue siendo…  Así que en el día de San Valentín o del amor y la amistad como dicen en Venezuela, este post es para uno de mis amores mi hermanita y su locura por el chocolate!

Con chocolate o no que tengan  Feliz día de San Valentín ;)

miércoles, 9 de febrero de 2011

Mercados: La Boqueria


De vuelta a Barcelona y rememorando mercados no puedo pasar por alto uno de los más famosos – diría yo – del mundo, Sant Josep de la Boquería o la Boquería a secas para los familiares y amigos.

Este mercado se ha convertido en una parada obligatoria para los turistas y muchos chefs de la ciudad todavía bajan personalmente a comprar alguna cosilla - no es casualidad que  el taller de El Bulli esté en la zona –  pero esto no pasa solo por su ubicación estratégica en medio de Las Ramblas, sino por la variedad que ofrece y porque forma parte de la ciudad desde siempre, por eso todos los cocineros lo llevan en el corazón.

Las primeras referencias sobre el mercado se hicieron en 1217, cuando alrededor de la zona que correspondía al borde de la ciudad se colocaban puestos improvisados que vendían carne, de ahí fue evolucionando y cambiando de nombres a lo largo de los años, ofreciendo cada vez más y más productos hasta que varios siglos después.
A mediados de 1800 se decidió crear un recinto que albergara principalmente a los pescaderos y carniceros para preservar un poco la higiene, luego se reconoció oficialmente como mercado y el 1840 se construyo e inauguro la estructura oficial, que ha sido ligeramente modificada y ampliada, pero que conserva el mismo techo de metal desde 1914.

La Boqueria es como una familia grande, cada puesto tiene una historia que contar y por lo general pasan de generación en generación  de gente que atiende y mima su producto como si fuera parte de esa familia, así como de gente de toda Barcelona que peregrina para comprar lo mejor de la temporada; además del ‘colorido’ que aportan los grupos de visitantes de aquí y allá, deslumbrados por los colores de la fruta de la entrada o buscando un buen ibérico para llevar de vuelta a casa.

Es uno de los pocos lugares en Barcelona, donde se puede encontrar casi de todo! Recuerdo que hace muchos años era el único sitio donde encontrar hojas de plátano o especias latinoamericanas, ahora hay especias de todo el mundo, las mejores carnes y pescados, frutas y verduras de foto, incluso de vez en cuando hay curiosidades como una vez hace años que una parada vendía bichos tostados o dentro de una piruleta o más recientemente la curiosa flor eléctrica – de la que ya les contaré en otro post – que fue por un tiempo exclusiva para los restaurantes... Son alrededor de 500 puestos en total con mucho que ofrecer.
Con los años, como en todo, ha venido la evolución y la boqueria es un símbolo indiscutible de la ciudad, ha ganado varias veces como el mejor en muchos concursos internacionales, hace intercambios de ideas con muchos mercados de Europa y se ha adaptado muy bien a los tiempos que corren, hace pocos años inauguraron un aula donde ofrecen monográficos o talleres de cocina de mercado, pero también la alquilan a grupos que desean hacer sus pinitos en cocina con el mejor marco de fondo.
En este mercado como en toda la ciudad, se respira un ambiente mágico! Vale la pena comer o picar algo en uno de los restaurantes que están dentro o pasar y tomar algo de fruta mientras se recorren los pasillos y se  vive ese ambiente tan acogedor y autentico. Sin duda una parada obligatoria para cualquier curioso de la gastronomía ;)

lunes, 7 de febrero de 2011

Aceites


Uno de los ingredientes reyes en cualquier cocina – junto a la sal – es el aceite, básicamente porque nos ayuda a dar o desarrollar sabores que sin su ayuda ni de lejos existirían, como un buen. Sin embargo, es todo un universo que va más allá del aceite de oliva o el aceite vegetal que vale la pena explorar.

Por supuesto – ya por vicio – no puedo dejar de nombrar El aceite y sobretodo protagonista de la dieta Mediterránea, el de oliva – curiosamente la palabra en árabe de aceite az-zait se traduce literalmente como jugo de aceitunas, por algo será… – se conoce en toda la cuenca mediterránea desde la antigüedad y  hay datos de su uso en el antiguo Egipto, Creta, Grecia… por su alto contenido en ácido oleico se considera la grasa más saludable como todos conocemos de sobra y en Europa sobretodo, se consumen litros y litros por persona cada año. Hablar en profundidad de este aceite me llevaría seguro más de un post, así que vamos a lo alternativo!

Dentro de todo el movimiento gastronómico que existe ahora mismo, han surgido y  han revivido distintos aceites comestibles que combinados de la manera correcta con algunos ingredientes generan una explosión de sabor en el paladar.

Así nos encontramos con el aceite de cacahuete con un punto de humeo sobre los 225º que lo hace perfecto para preparaciones calientes, es el mas usado en la comida China y el que aporta ese toque especial a los wok.
O por ejemplo el aceite de aguacate, que se extrae de la prensa de la fruta – no de la semilla como pensaríamos – y aguanta muy bien el calor para ser aceite de fruta, por sus propiedades incluso hay quien lo compara con el de oliva.
También los de frutos secos que ahora están presentes en muchas recetas, toda una exquisitez que recuerda cada variedad usada como materia prima, pero que se deben comer en frío porque pierden sabor y algunos ganan amargor con el calor

En general podemos encontrar en el mercado aceites de: almendra, ajonjolí/sésamo, nuez, piñón, semilla de uva, trufa blanca y negra, pistacho o muchos aromatizados con los sabores mas inverosímiles… cada uno con personalidad propia y con características tan particulares que hacen que tengan usos bastante diferentes, una buena sugerencia para su uso sería para terminar un plato o complementar algún aderezo de ensalada.

En los últimos años, las  casas aceiteras y uno que otro gourmet se han apuntado a las catas de aceite – que por supuesto no son tan populares como las de vino – son bastante curiosas porque requieren todo un ritual y tienen una serie de normas para apreciar la calidad del producto, que es algo que todo amante de la buena mesa debería probar así sea una vez por curiosidad.

A grandes rasgos para hacer una cata de aceites es importante siempre utilizar recipientes de vidrio libre de otros olores y de color oscuro para no reconocer el color del liquido, estos se calientan en baño de maría – entre 28º y 30º  – para que desarrollen y desprendan los aromas.
Cuando empezamos a catar se debe oler en aspiraciones cortas para no saturar la nariz y probar también en sorbos pequeños para que no pase lo mismo con el gusto, muy importante es dejar que el aceite corra por toda la boca – dicen los Japoneses que los sabores adiposos se sienten en debajo de la lengua – y una vez terminado debemos ‘limpiar’ el paladar con agua o un pedacito de manzana, antes de pasar al siguiente.
Como en la cata de cualquier producto, mas que conocimiento profundo se requiere disposición, buena memoria y sensibilidad para apreciar sabores y olores que jamás nos hemos detenido a apreciar en un aceite.

Creo que sin aceite es muy difícil cocinar o comer, lo mas importante es que cada vez hay mas alternativas de productos que nos hacen apreciar los aceites desde diferentes puntos de vista y de manera saludable, aunque por supuesto siempre esta la opción de cometer algún pecadito y comer alguna fritura que deje la barriguita llena y al corazón – no muy – contento!  ;)

viernes, 4 de febrero de 2011

Foodpairing

Hoy me voy a poner un poquito técnica para explicar uno de los resultados más útiles – a mi juicio – que ha traído la revolución culinaria de los últimos años, el Foodpairing.

Es un proyecto que nació en Bélgica – donde hay una movida gastronómica increíble – en el 2007, con el fin de hacer una gran biblioteca de sabores, analizarlos y buscar que componentes claves tienen en común, con el fin de hacer combinaciones desde una base de elementos comunes, el resultado es una serie de combinaciones que a primera vista no funcionarían, pero que estimulan los sentidos porque sus ingredientes comparten ADN.

¿Cómo funciona en la práctica? Primero que nada se escoge el ingrediente, se desglosan sus propiedades organolépticas para poder fijar las moléculas aromáticas que lo componen y luego se buscan en la base de datos otros alimentos que compartan con el primero una parte de esas moléculas, la manera como ellos lo han estructurado es en árboles que hacen las veces de esquema para ir asociando ingredientes y también en base a su composición cuales serían sus sustitutos ideales.

El ‘perfil del sabor’ – que vendría a ser la ficha de cada ingrediente - se determina con la ayuda de la cromatografía de gas y un espectrómetro de masas (GC-MS), esta técnica separa e identifica los diferentes compuestos aromáticos.
Los olores también se cuantifican, ya que ciertos odorantes son clave y pueden ser identificados mediante la comparación de las concentraciones que presenten; tanto olores como sabores se definen como todo tipo de compuestos que está presente en concentraciones superiores al umbral de su sabor u olor específico.

Un ejemplo claro es el café – un sabor y aroma común para todos –  que contiene 700 compuestos aromáticos diferentes, pero en realidad sólo hay un par de aromas importantes, ya que la mayor parte de los aromas están presentes en concentraciones que no son perceptibles a la nariz e inferiores a su umbral de sabor.
A pesar de que la comida siempre esta asociada a la cultura y a los referentes emocionales que tocan sus sensaciones en la memoria, esto ayuda un poco a conceptualizar y a quitar un poco los ‘prejuicios’ que podamos tener acerca de la mezcla de algunos ingredientes entre si.

Personalmente creo que como concepto a nivel de alta gastronomía, sirve como punto de partida para que cada chef le de un enfoque propio a cualquier combinación poco convencional, lo cual es sin duda un reto a la hora de romper prejuicios gustativos y adoptar nuevas mezclas de sabores.

Sin embargo la importancia es que de todos los conceptos vanguardistas de cocina, hasta ahora este es el que yo llamaría más abierto, porque todo el mundo tiene acceso a la página web y cualquier curioso o entusiasta de la cocina lo puede poner en practica y a largo plazo creo que tendrá muchos usos, no solo en la alta gastronomía sino a un nivel didáctico y me atrevería decir que hasta industrial.

Por supuesto creo que así esté la ‘formula mágica’ de cómo combinar alimentos, lo más importante será al final como es la materia prima con que se hace la receta, la técnica y por supuesto la creatividad que se le imprima.

A propósito del tema, aprovecho para comentar que la semana que viene se celebra en Brujas un evento llamado The Flemish Primitives, creado hace un par de años y que ha servido para explicar de una manera didáctica el Foodpairing para los profesionales del tema y servir de voz a la gastronomía Flamenca que es todo un lujo que vale la pena.

Hasta la próxima ;)

martes, 1 de febrero de 2011

Barcelona – Parte II


Siguiendo la ruta culinaria ‘Enero 2011’ por mi ciudad adoptiva, redescubrí un genero muy New York estos sitios que ofrecen comida sencilla, para disfrutar a cualquier hora del día mezclado con un mini-market de artículos gourmet, que están ahora mismo en pleno auge en Barcelona.

En estos  días he tenido la oportunidad de visitar 3 de ellos, todos comparten una decoración muy cuidada el concepto sencillo pero chic.  

Empecemos con el que más me gusto, el Federal Café, ubicado en el Poble Sec pasa desapercibido por fuera pero al entrar lo primero que se ve es una grande table que da un aire alegre, la estación de cafés está a la vista y tiene una selección no muy grande pero deliciosa de desayunos, ideal para un domingo o un brunch.
Luego pasé a mirar y probar a los tan de moda y además vecinos Cornelia & co y Mary’s market  ambos con más productos que el Federal, una decoración bastante cuidada y una inmejorable ubicación, los 2 me parecieron lugares increíbles y con muchísimo potencial, pero en mi opinión – de purista gourmet – falta calidad en los productos, en uno de ellos vi cajas de Betty Crocker que en mi vida Americana encontraba en cualquier super y en otro había un display importante de sales pero faltaban – mi fetiche – la Sal Maldon o Fleur de Sel, entiendo que poco a poco irán afinando el stock y se adaptarán a la exigencias de los clientes, aun así son locales que vale la pena ver, probar y disfrutar!

Cambiando de registro, sin duda el mejor descubrimiento de estos días ha sido el Petit Bangkok, de verdad una joya de restaurante y una comida Thai como pocas en Barcelona. Muy chiquitito, pero muy acogedor solo tiene una mesa grande – para 4 – y unas cuantas mesas pequeñas, estábamos sentados a la salida de la cocina y pudimos deleitarnos con el aroma de lo que no probamos, 4 entrantes y 4 segundos bastaron para enamorarnos del sitio y para volver la semana siguiente a buscar comida para llevar – que es la mejor opción porque cuesta bastante reservar – hasta ahora el pad thai de este sitio va de segundo  en el Top 5 en los que he probado fuera de Tailandia!

Otra tarde de amigas que terminó como siempre con gin & tonics, esta vez en el bar del Majestic, con el ambiente clásico de siempre y un piano que acompaña muy bien al cotilleo vespertino, repentinamente decidimos tomar un bocado para cenar y fuimos de visita al Moments en el Mandarin Oriental.
Ya había estado en fechas cercanas a su inauguración, pero esta vez fue mágico, todo estuvo genial – creo que también el rodaje de un equipo ya consolidado hizo que todo fuese perfecto! – Íbamos por un bocado, acabamos comiendo 4 medias raciones y un postre de muerte lenta…
Destacable diría que fue todo, pero para hacer creíble mi critica destacaría las texturas de alcachofa, el filete de potro de los pirineos y el helado de shiso, todavía los estoy saboreando!

Llegó la Opportunity Week de Barcelona, que este año cambio un poco de concepto – antes era la Restaurant Week a secas – y tenia una deuda pendiente con unos amigos de visitar el – ya no tan – nuevo Indochine en la calle Muntaner.
Es un restaurante impresionante, a la entrada parece un sitio cualquiera pero al llegar a un punto aparece una casa flotante estilo Camboyano, rodeada de ‘tatamis’ que están sobre el agua que rodea a la casita principal, un viaje total al sudeste Asiático lleno de vegetación y fauna – cuidado con los pececitos, que si les das mucha confianza se animan a comer – que de verdad hace que uno olvide que está en pleno de corazón de L’Eixample.
La comida estuvo bastante bien, probé unos tallarines picantes que no defraudaron, luego un pollo marinado con galanga y jengibre, lo mejor de la noche fue un trozo de ternera marinado con citronela al punto, la combinación del ambiente y la comida fue genial…

Después de tanta comida, solo me resta decir que por supuesto este no será el ultimo post que escribiré sobre Barcelona, una ciudad que ya es más mi casa que donde nací, porque como dice la frase "Si beveu aigua de la font de Canaletes, Sempre més sereu uns enamorats de Barcelona i per lluny que us n´aneu tornareu y sin duda volveré ;)