jueves, 23 de diciembre de 2010

Navidad


La Navidad es una época definitivamente emotiva, que nos encuentra no solo con nuestras familias sino con sabores que pasamos todo el año añorando en nuestros paladares. Cada familia, cada región, cada país tiene tradiciones que van unidas a estas fechas, en mi caso como tengo 2 países, les contare un poco de las 2 tradiciones navideñas que llevo en el corazón.

En mi país natal, Venezuela, Diciembre es sinónimo de hallacas, que son primas-hermanas de los tamales que se comen en toda Latinoamérica uno de los platos más mestizos y a mi modo de ver mas representativos de esta zona. Este plato esta centrado en un guiso que contiene varios tipos de carne, picadillo de diferentes verduras y varios elementos que le dan el toque como aceitunas, alcaparras o pasas, todo rodeado con una suculenta masa de maíz envuelto en una hoja de plátano que le da un aroma inconfundible.
Las hallacas, son una tradición familiar por excelencia, todo empieza porque cada casa tiene su propia receta que se diferencia de la del vecino, de ahí a que sea un deber ‘probar’ todas las que te ofrezcan en cada sitio. Para el proceso de preparación se reúne toda la familia y a cada quien se le asigna una función, participan desde los más niños hasta los más viejos en una operación logística generalmente liderada por una abuela, que por ser la más experimentada lleva la batuta.
Luego las hallacas se comen la noche del 24 de Diciembre, acompañadas por lo que he llamado desde hace años el festival del carbohidrato: pan de jamón, ensalada de gallina, pernil al horno y como postre torta negra, para que nadie se quede con hambre!

Cuando me mudé a Barcelona hace muchos años, a Dani – mi pareja de entonces – le hacia gran ilusión hacer hallacas, nació en Venezuela y llevaba la mayoría de su vida conciente en Barcelona, pero siempre llevaba 7 estrellas en el corazón. Acepté el ‘reto’ y con la ayuda de una receta que había de mi bisabuela, los tips de mi abuela y un poco de investigación decidí hacer mi propia receta de hallacas con los ingredientes que estuvieran en el mercado, que en ese momento no eran muchos.
Entre toda la familia hicimos todo como manda la tradición, incluso mi querido suegro Kike construyó un artilugio para aplastar la masa que fue mejorando con los años… Fue todo un placer hacer mis primeras hallacas con Marta y el tío Juan como parte fundamental de la operación y sobretodo con la ilusión de que cada año se mejoraba la receta y todas las personas que participaban esperaban que llegara diciembre para poder participar, incluida mi querida Avia que con sus 90 y muchos años también tenia su función.

En mi tierra adoptiva, mi querida Cataluña, la comida del día de navidad es más elaborada. Se hace por un lado una sopa de escudella con verduras y una ‘pilota’ de carne y embutidos varios por supuesto también con la receta de cada casa, al llegar a la mesa hay toda una ceremonia que empieza comiendo el caldo de esta sopa con los galets, luego como 2º plato se comen los trozos carnicos o carn d'olla y luego las verduras en seco, después se pasa a comer un poco de pavo relleno, para terminar con algún postre y unas neules para rematar este festín que suele durar toda la tarde del 25 de Diciembre.
La cultura Catalana se caracteriza por ser ahorrativa y por aprovechar al máximo todos los recursos, por supuesto las fiestas no son una excepción y para seguir celebrando con todo lo que queda de la comida de navidad se prepara un relleno maravilloso para hacer los tradicionales canelones que celebran el 26 el día de Sant Esteve.

Cada sitio tiene su tradición, pero como dije antes las más importantes son las que llevamos en el corazón. Hace mucho tiempo había prometido a Dani que cuando escribiera este post estaría dedicado a el, creo que queda claro que mi receta de hallacas sin Dani no existiría, pero seria injusto no dedicarle un pedacito a Marta y a Kike, porque sin ellos no hubieran quedado igual!

Feliz Navidad y hasta el año que viene!!!

lunes, 6 de diciembre de 2010

Tradición culinaria


La cocina tiene algo super paradójico… los grandes chefs han sido históricamente siempre hombres, cuando quien hace la comida de cada día y quien les enseña a cocinar o les crea el gusto por la comida a estos chefs, son las madres y abuelas que con la sabiduría de la practica diaria nunca dejaran de ser las mejores cocineras del mundo (con el perdón de Ferran!)

Pareciera que con esa moda por la alta cocina y ese empeño que tiene ahora todo el mundo de ser ‘chef’ o mínimo hacer un curso para aprender técnicas y parecer profesional, se ha cortado el cordón umbilical que transmitía recetas de generación en generación y estas tuvieran que ser rescatadas y reinventadas ¿Por quien? Quien sino que los grandes chefs en formas de fondas y bares de tapas donde un plato de lentejas con el sabor de la abuela se vende a precio de oro, lo cual mas que un merito me parece penoso porque antes de hacer creaciones mágicas, cualquiera que se dedique a este arte debe empezar ahí y luego ir a lo contemporáneo y no al revés.

El mundo culinario es sin duda mi gran pasión, pero a veces pienso – sobretodo ahora mismo que llevo 3 meses en Centroamérica con muy pocos momentos brillantes a nivel gourmet – que cuando se vive en el mundo gastronomico, se pierde un poco la perspectiva real del comer. Todos los cocineros, Foodies, gourmet o wannabes pasan el tiempo pensando en el siguiente nivel, cuando muchos nunca han tenido claras las bases, por ejemplo una buena tortilla de patatas y esto hace mas irreal un mundo donde reina una comida que solo un 1% de la población mundial hemos tenido la suerte de probar.
Para educar un paladar no hace falta comer caviar o trufa, sino apreciar lo que comemos cada dia y luego ir yendo paso a paso para poder de verdad lograr un disfrute pleno de una cocina como la étnica o la contemporánea.

Las madres y las abuelas del mundo o todas esas mujeres que se dedican cada día de su vida a cocinar, deberían recuperar el protagonismo de la cocina y no es un tema de igualdad de genero sino de justicia, porque no es fácil ser creativa y mantener el espíritu cuando hay que ‘alimentar’ a una familia. Gracias a estas mujeres es que todos crecimos sanos y sobretodo que grabamos en nuestra memoria esos primeros sabores que no se borraran jamás de nuestra mente y que en la gran mayoría de los gourmet han sembrado el amor por la cocina.

Cada familia debería rescatar sus recetas de manera que no se perdieran en nuestras memorias, en mi caso las de mi bisabuela – que según cuentan cocinaba como los dioses – se perdieron en su mayoría, solo han sobrevivido las historias de los que las probaron y mis ganas de reconstruirlas. Por suerte y gracias a un esfuerzo familiar la navidad pasada, hicimos un libro con las recetas de mi abuela y todas las recetas que marcaron una etapa muy bonita, así mi hermana, mis primas y yo siempre sabremos como preparar esas comidas que marcaron nuestra infancia.

Gracias a todas las maravillosas mujeres gourmet de mi familia, en especial a las primeras que me sembraron ese ‘gusanito’: mi queridísima abuela Consuelo (la mejor del mundo!) y a la inolvidable Ofelia, gracias por enseñarme el valor de la cocina y por cada bocado que me prepararon, incluso por los que me obligaron a comer!!!

jueves, 2 de diciembre de 2010

Simplemente pasta


La pasta es uno de los alimentos más versátiles, consumidos y venerados del mundo. Durante generaciones, la pasta ha sido parte de las tradiciones familiares en casi todas las culturas, ya sea entre semana o una celebracion especial, desde una simple pasta con tomate yendo a una elaborada lasagna del lado occidental del mundo o un delicioso pad thai o una sopa ramen si miramos al otro lado del mundo, las posibilidades son simplemente infintias.

Sobre su origen existen montones de especulaciones, algunos dicen que se encontró algo muy similar a los fideos en una provincia de China que datan de hace miles de  años, hechos aparentemente de 2 tipos de mijo, lo que demuestra un nivel bastante alto en el  procesamiento de alimentos y la sofisticación culinaria que ya ofrecia el extremo oriente desde esa epoca.
En muchas culturas siempre se ha comido  algun tipo  de alimento similar a la pasta compuesta principalmente de cereales, por ejemplo en el norte de África el cuscús se ha comido desde hace siglos aunque carece del carácter distintivo maleable de la pasta y pareciendo más gotitas de masa es de la misma familia.

Existen miles de variedades, se pueden basar en el cereal del que estan hecha, si es seca o fresca, la forma como se hace existiendo más de 600 formas conocidas… para ir un poco a lo mas cercano, tengo las versiones occidentales (quedo en deuda con un post sobre pasta version Asia!)

Según regulaciones italianas, quienes son la autoridad en el tema, por ejemplo la pasta seca sólo puede ser a base de harina de trigo duro o sémola de trigo duro que le da un tinte caracteristico de color amarillo. La Pasta fresca puede incluir huevos – all'uovo – o hacerse de trigo entero, que por lo general contiene más fibra y más nutrientes que la pasta refinada; cada vez más popular la pasta hecha de trigo integral o de cereales alternativos como ala espelta diseñado para atraer a personas familiarizadas con estilos naturales y/o alternativos de alimentacion.

En terminos de coccion la pasta italiana es tradicionalmente cocido al dente, es decir,  firme a la mordida no demasiado blando, lo cual al final depende del gusto del comensal, a mi particularmente me encanta la pasta durita que tenga un puntico blanco en el medio un poco mas cruda que al dente.

La personas promedio siempre están en una continua búsqueda de alimentos que sean saludables, satisfagan y sean económicos, en realidad contrario a todos los mitos que existen la pasta es muy baja en sodio y las variedades que no son de huevo no aportan colesterol al cuerpo, las versiones enriquecidas son una excelente fuente de ácido fólico y una buena fuente de otros nutrientes esenciales, incluyendo hierro y varias vitaminas del complejo B;  también es un alimento que se digiere lentamente por su bajo índice glucémico y proporciona una liberación lenta de energía sin clavar los niveles de azúcar en sangre.

En fin… ¿a quien no le gusta un buen plato de pasta de vez en cuando? Creo que son muy pocos los que dirian que no ;)